Arte y resistencia en el Paro Nacional de 2021 en Bogotá

Publicado 20/07/2021

Santiago Balcero

Antropólogo
Universidad Nacional de Colombia
fotosantiagofoto@gmail.com
@santiagobalcero (instagram)

El 28 de abril de 2021, con una masiva jornada de manifestaciones en varias ciudades de Colombia, inició el Paro Nacional para protestar en contra del gobierno de Iván Duque por el proyecto de Reforma Tributaria y la crisis en la que se encuentra el país a raíz de la corrupción, el incumplimiento al Acuerdo de Paz de La Habana, el narcotráfico y la violencia generalizada contra líderes, lideresas y miembros de los movimientos sociales. Desde los primeros días la respuesta del estado fue brutal y las redes sociales se llenaron de fotografías y videos que daban cuenta del desproporcionado y criminal actuar de la Policía Nacional al reprimir muchas de estas manifestaciones. Desde el primer día, en Bogotá, las batucadas, los títeres, el baile y el teatro fueron protagonistas, subrayando el carácter político del arte. Si tocar tambores y bailar en conjunto no sirve para reconocernos como pares, para transformar los espacios en donde esto se lleva a cabo y para encender los espíritus de quienes participan, entonces son artes estériles. La serie que presento a continuación es una selección de fotografías que tomé en Bogotá a lo largo del primer mes de Paro Nacional.

El tambor y el arte protestan (imágenes 1 a 5). La música y el tambor unen a las personas. Desde que las escuelas de samba y los blocos de carnaval de ciudades como Rio de Janeiro, São Paulo y Salvador de Bahia, en Brasil, se volvieron populares alrededor del mundo durante la segunda mitad del siglo XX, las batucadas del mundo han contribuido en la creación de comunidades en todo tipo de contextos sociales y a dar voz a poblaciones y causas marginadas por el statu quo (Guerreiro, 2010; Farias, 2010).

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La represión y la sangre (imágenes 6 a 11). La violencia como herramienta de dominación facilita la creación y reproducción de discursos que deshumanizan al otro, justificando la barbarie. Ante la violencia policial y paramilitar en contra de quienes participaban de las manifestaciones, la bandera de Colombia se volvió un símbolo de quienes reclaman «este país también es nuestro» y un ícono para denunciar la sangre de los asesinatos, las torturas y las mutilaciones. Colombia, el país del sangrante corazón.

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La resistencia y la unión (imágenes 12 a 18). Después de algo más de un mes de protestas no parece haber un rumbo claro para las movilizaciones que parecen diluirse entre el mayor pico de contagios de la pandemia de Covid-19, la violencia y la cotidianidad que lo absorbe todo. Sin embargo ya no hay marcha atrás, estas semanas han sembrado y germinado muchas semillas de procesos comunitarios a lo largo y ancho del país. El arte y la resistencia frente a un gobierno desconectado de la vida de grandes sectores de la ciudadanía, han unido a muchas personas para construir y cambiar un país cansado de la guerra, del narcotráfico y la corrupción.

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Referencias
Guerreiro, Goli. 2010. A trama dos tambores: a música afro-pop de Salvador. Editora 34. São Paulo, Brasil.
Farias, Julio Cesar. 2010. Bateria: o coração da escola de samba. Litteris Editora. Rio de Janeiro, Brasil.

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